Un equipo de investigadores de la Universidad de Birzeit ha llevado a cabo un estudio que revela que el consumo de bebidas carbonatadas, como los refrescos con gas, induce a que tengamos más apetito, por lo que está relacionado con el aumento de peso.
Las bebidas carbonatadas son aquellas que tienen en su composición dióxido de carbono que produce gas. Tradicionalmente se las ha asociado a problemas de salud como la obesidad, ya que buena parte de este tipo de bebidas va acompañada de una elevada dosis de azúcares.
Ahora, estos científicos han demostrado que los refrescos light con gas también podrían estar relacionados con un aumento de peso. Esto es debido a que, independientemente del azúcar que contenga la bebida por sí misma, el CO2 de su composición hace que aumente nuestro apetito.
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